QUINTANA ROO. Aunque el expresidente Andrés Manuel López Obrador y la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) anunciaron en septiembre la conclusión del Tren Maya en todos sus tramos, Esteban Omar Castellanos Martínez, gerente del área de análisis geoespacial del proyecto, admitió que la obra solo está terminada hasta Bacalar.
La construcción de los puentes de Huay Pix y Xul-Ha, que conectan con Chetumal, sigue pendiente, aunque aseguró que en 45 días el tren estará en funcionamiento hasta Escárcega, Campeche.
Durante la reunión nacional de la Asociación Mexicana de Ciencias para el Desarrollo Regional (AMECDER), Castellanos Martínez explicó que las pruebas del tren se realizaron únicamente hasta Bacalar, pues faltan 40 kilómetros para conectar con Chetumal. “El principal obstáculo ha sido el retraso en la construcción de los puentes, pero confiamos en que estarán listos antes de que termine el año”, afirmó.
Castellanos señaló que, aunque alrededor del tren se construyó infraestructura complementaria destinada a polos de desarrollo, Chetumal, capital del estado, no figura entre los beneficiados.
Además, indicó que el proyecto enfrenta problemas relacionados con la especulación y comercialización irregular de tierras, así como con temas de seguridad en las zonas aledañas al tren.
El Tren Maya, considerado uno de los proyectos insignia de López Obrador junto con el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, la Refinería Dos Bocas y el programa Sembrando Vida, atraviesa 9 de los 11 municipios de Quintana Roo, con un total de 700 kilómetros de vías férreas en el estado de los 1,554 kilómetros contemplados.
Castellanos explicó que la existencia de vestigios arqueológicos, cavernas y cenotes obligó a modificar el trazo en varios tramos.
En el tramo 5, que incluye Benito Juárez, Puerto Morelos, Solidaridad y parte de Tulum, se decidió reubicar las vías cinco kilómetros dentro de la selva para evitar afectaciones a la carretera federal 307 y a la infraestructura turística. “Aunque esta decisión trajo nuevos desafíos, hemos priorizado la preservación ambiental y el cuidado de los vestigios arqueológicos”, afirmó, aunque no mencionó los amparos interpuestos por ambientalistas por la devastación de la selva.
Castellanos destacó que todos los tramos del Tren Maya cuentan con manifestaciones de impacto ambiental y programas de mitigación por la remoción de vegetación. Además, aseguró que se han reforestado 500 hectáreas afectadas por incendios entre Playa del Carmen y Tulum.
Sin embargo, reconoció que la construcción del tren y de las 34 estaciones ha generado especulación de tierras, invasión de terrenos nacionales y problemas de seguridad. En respuesta, se han construido casetas de vigilancia, y drones, inicialmente utilizados para monitorear la obra, ahora realizarán sobrevuelos permanentes. También se establecerán cuarteles de la Guardia Nacional en cada tramo, con elementos de la Sedena encargados de la seguridad.
La inversión inicial estimada para el Tren Maya era de 200 mil millones de pesos, pero se incrementó a 500 mil millones debido a problemas como reclamos de ejidatarios y pagos por derechos de vía de más de 50 años. A pesar de esto, Castellanos aseguró que el proyecto traerá beneficios económicos al fomentar el turismo comunitario, la generación de empleos y la construcción de mercados del bienestar, como el ubicado en Laguna Om.
Además, mencionó obras complementarias como el puente que conecta el Aeropuerto Internacional de Cancún con la estación del Tren Maya, el puente sobre la Laguna Nichupté, el Parque del Jaguar en Tulum y un desarrollo ecoturístico en Xpujil. También destacó el mejoramiento de la imagen urbana y la pavimentación de calles en comunidades rurales.
“Habrá más empleos e impulsaremos la justicia social para las comunidades cercanas, promoviendo el turismo comunitario y la comercialización de productos agrícolas vinculados al programa Sembrando Vida”, concluyó Castellanos.